La Climatización Evaporativa | Aire Acondicionado de Bajo Consumo
La climatización evaporativa es el efecto de enfriamiento proporcionado por la evaporación adiabática del agua. En la evaporación directa el agua se evapora en la corriente de aire, reduciendo la temperatura de bulbo seco, al mismo tiempo que se aumenta la humedad del aire. En la climatización evaporativa no se fabrica frío (por eso no usa CFC´s) sino que se “roba” el calor al aire, mediante la evaporación de agua.
Es la tecnología mas sencilla, eficiente y ecológica y a pesar de esto, los climatizadores evaporativos son la tecnología de acondicionamiento de aire más desconocida e infrautilizada de todas las tecnologías disponibles en España.
La climatización evaporativa es altamente competitiva tanto en costes de capital y adquisición como en costes de explotación y mantenimiento, sobre todo si se compara con la equivalente instalación de aire acondicionado por compresor.
Por ejemplo, una instalación típica de un evaporativo en vivienda consume solamente 360 Kw/h durante toda la utilización del verano (90 dias, y uso de 10 horas diarias), contra 2.925 Kw/h de una instalación equivalente de aire acondicionado. Esto equivale a un consumo horario de 0,40 Kw durante 900 horas, contra 3,25 Kw del acondicionador equivalente. En resumen, un acondicionador requiere 8,5 veces más electricidad que un evaporativo.
A través de la placa del intercambiador de calor, esto enfría aún más el volumen de aire total entrante a una temperatura más baja de bulbo seco y bulbo húmedo. El aire que sale de la unidad finalmente se acerca a su temperatura de punto de rocío. El resto del aire, el que se ha saturado en el canal mojado (y ha servido para enfriar los canales secos), es rechazado a la atmósfera. La unidad alcanzará el estado estable operacional unos pocos segundos después de comenzar.
Los avances en la tecnología han permitido ya la aparición de evaporativos indirectos que, mediante un sistema de intercambio de frio, permiten climatizar con idénticos consumos que un evaporativo directo pero sin aporte de humedad, permitirán su aplicación en zonas húmedas y en sectores en los que debe regularse y controlarse la humedad. Estas dos tecnologías, asociadas, pueden llegar a desplazar en un futuro no muy lejano a los acondicionadores de compresor tradicionales en muchas aplicaciones.
Conclusión: Al fin y al cabo sólo tenemos que imitar al mejor arquitecto de todos los tiempos: la naturaleza, que nos enseña que el mejor alivio a un calor riguroso es un poco de agua y una brisa de aire fresco.
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